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Dos vaqueros errantes (1971), una basura a la europea
Dos vaqueros errantes (1971), la mayoría de películas del Oeste a la europea, una gran basura
ACTUALIDAD CINEMATOGRÁFICA (LUIS ESPINAL)
Diario Presencia (La Paz, domingo 6 de mayo de 1973)
DOS VAQUEROS ERRANTES (WILD ROVERS).- de Blake Edwards es un film del Oeste, pero de tono clásico, con el sabor sereno e irónico de Hawks y Ford. Ante este film, el espectador aprecia más la gran basura que encierran la mayoría de películas del Oeste a la europea.
Dos vaqueros, de diversa edad y psicología, se asocian para robar un banco y huyen a México, donde esperan hallar el paraíso perdido. Pero en la huida, perseguidos estúpidamente, hallan un hado sin gloria.
DOS VAQUEROS ERRANTES es un film anti heroico y pleno de ironía. Es también una meditación sobre la vida y la muerte, la felicidad y el riesgo. Estas ideas se expresan, sobre todo, en dos soliloquios frente al cadáver de algún amigo, por boca de William Holden.
Desde un punto de vista formal. DOS VAQUEROS ERRANTES es una cinta con una fotografía cuidada y de certeros colores añejos. La captura del caballo salvaje, vista a cámara lenta, se convierte en un ballet de vida y de euforia vital, y en un símbolo del ideal de los vaqueros.
Abunda la noche y los colores del crepúsculo, resaltando los valores plásticos de un paisaje cotidiano, que recuerda LA DILIGENCIA.
La narración es calmada, sin miedo en subrayar los tiempos débiles, pero sin equivocar jamás el ritmo exacto. Y cuando llega la acción, se solemniza al lentificarla, y se intensifica la violencia al ostentar los borbotones de sangre, a la manera de Peckinpah.
Con DOS VAQUEROS ERRANTES, Blake Edwards (que es un veterano del cine) añade una dimensión más a su compleja obra que abarca muchos géneros: desde el drama (DIAS DE VINO Y ROSAS) hasta la comedia (LA FIESTA INOLVIDABLE ) En DOS VAQUEROS ERRANTES, la Ironía y el humanismo transfiguran un tema que podría ser simplemente formal.