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Domingo negro (1977), una cinta de intriga y suspenso
ACTUALIDAD CINEMATOGRÁFICA (LUÍS ESPINAL)
Diario Presencia (La Paz, Domingo 4 de diciembre de 1977)
DOMINGO NEGRO de John Frankenheimer presenta la preparación de un atentado terrorista por parte de los palestinos de «Septiembre Negro», contra un estadio deportivo de Miami. Denuncia el plan el espionaje de Israel. Se sabe del atentado, pero se ignora cómo se va a realizar.
El film implica a los norteamericanos en la lucha, ya que los palestinos usan para el atentado a un piloto ex-cautivo en el Vietnam, que bombardeó un hospital civil, y como resultado de todo ello, está enloquecido. Por otra parte, se identifican plenamente la alianza de intereses entre Norteamérica e Israel, según el film.
Así, de paso, la película es claramente de propaganda sionista. Para completar el cuadro, la chica palestina (Marhe Keller) tiene sangre y pronunciación alemana, así se acaba de explicar sumariamente su antisemitismo. Parece poco honesto teñir a los árabes con el racismo y los crímenes de los arios.
Una cinta de intriga y suspenso, una versión masiva de EL DÍA DEL CHACAL. Empieza con una serie de acciones incoherentes, por lo fragmentarias, que luego van tomado sentido. El film está bien narrado, con el uso constante de la narración paralela (superación plena de la farragosa unidad de lugar), para aumentar el suspenso.
En la interpretación sobresale Bruce Dern, por su personaje alucinado y sicológicamente inestable. Los personajes encarnados por Robert Shaw y Marthe Keller son más esquemáticos, superficiales y convencionales.
DOMINGO NEGRO está fotografiado preferentemente con cámara en mano, para darle un tono de reportaje documental. El cine nos ha acostumbrado a la cámara en mano como signo de realismo. Por otra parte, la cámara en mano aumenta la carga de subjetividad y de tensión sicológica para el espectador.
Los movimientos más imperceptibles de la cámara (normales en el cine espectacular) hacen que ésta se vuelva más neutral y menos participante. Este tono fotográfico de John A. Alonzo está muy en la línea de la amplia experiencia televisiva de Frankenheimer. Las repetidas ambientaciones en escenarios reales, y aun entre grandes multitudes, combinan muy bien la dirección de actores con el sentido documental.
Aunque el planteamiento y la ejecución del atentado es capcioso e inverosímil, el film logra bien un tono espectacular e intrigante. La dureza del fútbol americano parece convertirse en un símbolo de la dureza de la guerra en el Medio Oriente.
DOMINGO NEGRO sabe combinar simultáneamente diversas características de Frankenheiner: el suspenso sicológico de SIETE DIAS DE MAYO, el tono documental de LOS CENTAUROS, y la espectacularidad de EL HOMBRE DE KIEV.