Archivos históricos
Barrio Chino se estrenó en La Paz en 1975
Chinatown (1974), película de intriga del Director Roman Polansky
ACTUALIDAD CINEMATOGRÁFICA (LUIS ESPINAL)
Diario Presencia (La Paz domingo 26 de octubre de 1975)
CHINATOWN de Roman Polansky es una película de intriga. Un detective privado comienza investigando las infidelidades de un marido, pero descubre mucho más.
CHINATOWN tiene una doble faceta: la de la vida personal con amoríos e incestos y la de la vida pública con un gran negociado de las tierras de regadío cercanas a la ciudad de Los Ángeles. El tema social del film está en la línea del film político y recuerda algo de «LOS PODEROSOS» de Francesco Rosi.
CHINATOWN es un film muy bien narrado, sin divagaciones ni acciones inútiles (estas que se añaden para aumentar la espectacularidad), ni siquierea con grandes explicaciones.
A ratos su tono de búsqueda nos recuerda «EL CIUDADANO KANE» de Wells. No obstante, el guión de la intriga es un poco mecánico, se nota la técnica de poner un recodo cada cuarto de hora, para voltear así todo el curso de la investigación por ejemplo: la que pidió la investigación no es la esposa; el investigado muere, los ancianos del asilo son los propietarios, los lentes del asesino…..
CHINATOWN Todos los hilos llevan repetidamente hacia un hombre (John Houston) que es el motor de todo el negociado, pero que también es el dueño de la policía. Una vez má se trata del tema de matar para acallar a los que saben, una torpe manía de los poderosos.
CHINATOWN parece concluir que toda la ciudad de Los Ángeles es un Barrio Chino, un feudo del hampa, y un tablero de ambición y de crimen. El film es negro y pesimista, simplemente presenta los hechos, y ni siquiera los denuncia. Parece que no hubiese nada a hacer.
Además, al plantearlos en un ambiente de época, años treinta, pierden todo su mordiente y se queda en un film de mafia. Por esto el nivel social de CHINATOWN queda tenue y alejado del film político de Francia e Italia.
A pesar de su origen, el tema social no ha sido el fuerte de Polanski.
CHINATOWN es una película negra, con escenas tétricas, como la morgue, el asilo de ancianos, los cojos en el campo… Su ambiente queda surrealizado por las mismas tomas con lentes levemente deformantes.
La interpretación y dirección de actores es muy Buena. Jack Nicholson es fríamente testarudo, buscando la verdad por si mismo, más allá de todo sueldo, de todo riesgo y de toda posibilidad de acción. Por otra parte, no es ningún superhombre, sino que con frecuencia es un acosado, pero es inteligente. John Huston tiene la soberbia naturalidad realista que parece haber heredado de su padre. Su maldad no tiene la hybris de los héroes de Orson Welles, sino solamente la seguridad de los que tienen el poder y pueden abusar de el. Ni siquiera ha de parecer malo, le basta con serlo tranquilamente ..
Faye Dunaway tiene una interpretación hermética y ambigua: en ella se confunden sus amenazas y su miedo, sus sentimientos y lo que oculta, su verdad y su mentira. Su pose tiene algo de la clásica mujer fatal cinematográfica, heredada de Greta Garbo, pero es mas altiva, y más peligrosa.
CHINATOWN una vez más, nos presenta la pasión humana de la búsqueda y de conocer la verdad. Tal vez sea este el mito máximo de toda cultura de Occidente. Tal vez, porque en la vida real estamos entre tanta mentira y tan mal informados nos deleita el heroísmo de la simple búsqueda sincera.
CHINATOWN no esta a la altura de las mejores películas de Polanski, pero tiene algo del ambiente asfixiante de todas ellas. Tiene la ambigüedad de relaciones humanas, de CUCHILLO AL AGUA, la psicología turbia de REPULSION, el planteo desesperanzado de CALLEJÓN SIN SALIDA.
Antes Polanski era más concentrado y después de la cumbre de sus grandes films (entre ellos está también EL BEBE DE ROSEMARY), parece tomarse un reposo con excursiones preferentemente formales, aunque sea exquisitas: LA DANZA DE LOS VAMPIROS, MACBETH Y CHINATOWN. El mundo envenenado de Polanski no tiene esperanza, ni tiene salida y sus films siempre bordean la temática del terror, en todos ellos hay un poder malévolo y misterioso (puede ser el hombre mismo); y no tienen final feliz, porque este poder demoníaco fácilmente queda impune.
Polanski es un intelectual a el no le importa vencer el mal, le basta con descubrirlo y desenmascararlo.