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La guerra de las galaxias – 1978
Gran cine, pero sin tema
ACTUALIDAD CINEMATOGRÁFICA (LUIS ESPINAL)
Diario Presencia (La Paz domingo 23 de abril de 1978)
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS (STAR WARS) de George Lucas, es una película nada temática, sino simplemente la puesta en cine de una aventura típica de una historieta ilustrada al estilo de “5 X Infinito”.
El argumento es simple y pretendidamente convencional. Salvar a la princesa y con un desenlace no solamente feliz sino exagerado por las condecoraciones.
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS vale como un festival de ambientes exóticos y futuristas. La puesta en escena está pensada para asentar el relieve; la línea de acción está constantemente sobre la tercera dimensión y los contínuos travellings o movimientos hacia el fondo dan a la cinta un particular hechizo.
La película es un atronador despliegue plástico, pletórico de acción y velocidad. Un muestrario de robots y androides completa un elenco de seres extraños vestidos con fantasiosas escafandras espaciales. Un toque de ironía comenta cada uno de estos personajes que parecen extraídos de las pinturas de Hieronymus Bosch o del cine primitivo de Georges Melies.
Las técnicas del trucaje y la caracterización de los robots son excelentes, dando como resultado una película fantasiosa, alegre y con una agresividad estilizada, ya que las destrucciones son casi abstractas y sin cadáveres (explosión de naves espaciales y planetas), más que la violencia concreta sobre los seres individuales.
La película parece oponer a la técnica, la intuición humana, llamada “fuerza” en el film.
La imaginación de los realizadores ha partido de las armas modernas, y de allí se ha desplegado su fantasía. La fuerza de los movimientos y la credibilidad de los ambientes (que parecen los espacios desiertos y surreales de la pintura metafísica de Giorgio de Chirico) hacen olvidar la inverosimilitud de seres trompudos y extraños salidos de una imaginación desbordada.
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS es, ante todo un desborde alegre de fantasía. Parece partir de la experiencia técnica de 2001 ODISEA DEL ESPACIO, y la emplea en un tema mucho más superficial; el argumento es solamente una excusa para una puesta en escena llena de fantasía.
Este mundo de pesadilla es sintomático de una adoración del hombre actual que venera el mito de la ciencia-ficción, y su atracción por la velocidad, el vértigo y el espectáculo de la destrucción.
